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La evaluación
Desde siempre la evaluación ha sido una gran motivación para que los alumnos estudien. El problema es que aprobar un examen no implica haber aprendido.
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¿Si un alumno estudia, rinde un examen, aprueba, y al poco tiempo se olvida, podemos decir que hubo aprendizaje? Y no sólo eso: Cuando los alumnos rinden un examen, muchas veces recién en esa instancia se dan cuenta que era importante aprender, y se percatan de cuánto realmente sabían. Pero cuando esa información le llega al alumno, ya es tarde porque el examen fue tomado. La pregunta entonces sería: ¿No deberíamos utilizar el formato del examen para informar, formar y enseñar?
Proceso, no final
La evaluación no es un proceso que se da al final de una unidad, capítulo o trimestre. Se debe dar durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, para de esta manera ayudar a los alumnos a consolidad lo aprendido y al maestro a afinar su práctica docente. Sin embargo, cuando se enseña, evalúa y luego se continúa con el próximo tema, no le estamos sacando provecho a la evaluación. Y hoy sabemos que la evaluación puede ayudar a aprender.
A nivel socio-emocional, el examen puede hacer que un alumno baje su autoestima si no aprobó y, peor aún, si el docente lo hace visible, lo expone. Un alumno puede frustrarse y hasta formar un concepto desagradable acerca de esa materia y ese docente. Hay adultos que al día de hoy sienten un rechazo hacia alguna asignatura, simplemente por cómo los hizo sentir un docente. El alumno ve a la evaluación como un elemento tangible de su valía. Una buena nota eleva su auto estima, una mala, produce lo contrario.
El potencial
Cuando le enseñamos a nuestros alumnos a ver sus errores de manera racional y no emocional,les estamos instruyendo una lección mucho más importante que el tema en cuestión. Les enseñamos a manejar la frustración y el aprender de los errores, que son sin duda habilidades esenciales para la vida. Es decir, cuando logramos que nuestros alumnos cambien su mirada frente a la evaluación y puedan capitalizar sus errores, los estamos ayudando a tener una mejor vida adulta. Pero para eso, debemos comenzar nosotros, los adultos, por entender cuál es el verdadero sentido de la evaluación.
*Laura Lewin escapacitadora, consultora y autora de varios libros. Es convocada para capacitar a miles de docentes en Argentina y en el exterior. Ha dictado cientos de talleres en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Preside el Congreso Internacional de Desarrollo Profesional para Profesores y Coordinadores de inglés, y el Congreso Internacional para Directivos Innovadores de Instituciones Educativas.