
Al corazón del alma santafecina
La laguna Setúbal ofrece playas majestuosas, una rambla para pasear y comprar, y paradores que van de lo gourmet a rústicos carritos con pescados de río. Un acercamiento a la vida isleña desde una travesía aguas adentro.

Acompañando a la provincia unos 600 kilómetros en una marcha de siglos, el río Paraná se permite aquí su gran digresión. Parte del Sistema Paraná, del que a la vez entra y sale, la Setubal debe su color rojizo al Bermejo, y la salitre a los curiosos Saladillo Dulce y Saladillo Amargo. Su caudal varía con las lluvias y bajantes que llegan del norte, en especial de arroyos y riachuelos de Brasil. De este modo, múltiples nutrientes, especies y fuerzas conforman un cuerpo de 32 kilómetros cuadrados, extendido desde los arroyos Aguiar y Leyes hasta el Canal de Acceso del puerto. “Como todo santafecino, tengo miles de historias con ella”, asegura Carlos David Busaniche, a cargo de Setubal Kayak´s (+54 9 3424475236 / IG: setubal_kayaks), empresa que ofrece diversas actividades, siempre con clases de iniciación y salidas náuticas imperdibles como las de luna llena.
La seca
“Si bien la vida isleña nunca es estable ni segura, podemos decir que las alturas promedio de la laguna siempre han ido de los dos metros y medio a los tres y medio, pero del 2019 al 2021 estuvimos en -20 centímetros. Es decir, había pozos de agua bajo el nivel del lecho, corriendo apenas por cauces principales. Ahí se desbandó el tema de los alisos, se formaron nuevas islas de camalotes y apareció una cascada en medio de la laguna, producto de un viejo dragado”, relata Busaniche sobre el kayak, al que domina como un avezado jinete. Lleva varios años desde que fundó su empresa, que dirige junto a su mujer y sus hijos, y ofrece salidas cortas y de varios días. Esa cotidianeidad sobre el agua, asegura, lo ha hermanado con esta naturaleza, pese a los vaivenes. “Las imágenes de algunos cruces a pie, y de una barrera de vegetación que cortó la laguna en dos, inmortalizaron esos años. Por suerte el tiempo emparejó las cosas, y si bien no hemos llegado a niveles normales, estamos para navegar”, asegura. Y así es… con él emprendemos la remada al Delta Superior, cuando la laguna se disgrega en cientos de cauces y arroyos menores, y sobrevienen zanjones con fuertes correntadas. Pero hay recompensa: de a poco, aparecen las alfombras de irupé formando su flor, y diminutas islas con todos los tonos del verde.

Al superior
Desde Paso Vera, todo es delta. “Una vez que sorteamos la muchedumbre playera viene lo mejor, empieza el delta más natural, el delta superior, el de la aventura”, invita el guía, y asegura que aunque sea corta o larga, cada salida tiene su riqueza. En las remadas breves, cercanas al puente colgante y la ciudad, se ejercita la técnica y se saborea la flotada. En las largas, como la que nos toca hoy, se pone en juego la resistencia, y no sólo de los brazos. Hay corrientes leves y otras más severas, que aparecen al tomar ríos internos de importancia. Otras veces, los arroyitos se cortan por camalotes trabados en alguna rama, y hay que regresar, o caminar sobre barrancas por suelos barrosos, el hábitat de chajás, garzas, espátulas rosadas, patos, gallinetas y algún animal de mayor tamaño. “Muchas familias se suman porque a los pibes les encanta esto. Es mentira que no se los puede sacar del teléfono. Pero somos muy insistentes en temas de seguridad, los movimientos en grupo y por senderos, porque sobre suelo firme podés encontrar víboras o animales salvajes y darte flor de susto”, advierte. El premio final, lo da el atardecer. Es la foto más buscada, cuando las embarcaciones regresan en fila con la imagen del sol recostado sobre el agua, encendiendo los brillos del lejano puente. “Es una experiencia hermosa ver la laguna calma y brillante, bajo el amparo de la ciudad iluminada”, dice. Con él desandamos el final de la Costanera Este, la rambla enfrentada a la ciudad donde el deporte y las playas están a la orden del día, y donde nos espera el mejor pescado de río para coronar una intensa jornada, y santafecina de principio a fin.