¿Qué tienen que ver los cascanueces con la Navidad?
El término Nussknacker, cascanueces en alemán, se describe en el libro “Deutsches Wörterbuch”, el diccionario de la lengua alemana escrito por los hermanos Grimm, como un objeto de madera, a menudo en forma de un pequeño hombre deformado, con gran boca accionada por una palanca para partir nueces, y también se explica que son figuras que simbolizan la suerte y protegen a las casas de los malos espíritus. Por eso, era un regalo muy usual para la temporada invernal y el fin de año, como un amuleto que garantizaba buena suerte para el año siguiente.
Pero ¿Por qué es parte de la decoración navideña en todo el mundo?
La verdadera expansión del cascanueces como ícono navideño llegó en 1816, cuando el escritor E.T.A. Hoffmann publicó “El cascanueces y el rey de los ratones”.
La historia se desarrolla el día 24 de diciembre en el hogar de los Stahlbaum. Marie de siete años y su hermano Fritz de ocho, reciben los regalos de su padrino el señor Drosselmeyer. Pronto reparan en un muñeco cascanueces que está debajo del árbol de Navidad, empiezan a romper nueces con él hasta que Fritz, tratando de partir una nuez muy grande, le rompe la mándibula. Marie intenta arreglarlo, lo venda con un trozo de tela de su vestido y el cascanueces cobra vida. Es en ese momento cuando un montón de ratones comienzan a salir de debajo de las tablas del suelo y con ellos el Rey Ratón de siete cabezas. El cascanueces junto a otros muñecos del armario, que también cobraron vida, comienzan a luchas contra los indeseables huéspedes. Marie, testigo de la batalla, decide interceder y arroja su zapato contra el rey de los ratones. Luego la niña se desmaya cayendo e hiriendose en un brazo con el cristal de la puerta del armario de los juguetes.
A la mañana siguiente, Marie despierta con el brazo vendado y trata de contar a sus padres la batalla entre los ratones y los muñecos, pero no le creen. Drosselmeyer pronto llega con el cascanueces, cuya mandíbula ha arreglado, y le cuenta a Marie la historia de la princesa Pirlipat a la que la señora ratona tiene embrujada como venganza. Del hechizo, sólo puede salvar a la princesa un joven capaz de romper con los dientes una durísima nuez. La historia continúa a través de años, y finaliza cuando el cascanueces, convertido en príncipe, se casa con Marie y se van a vivir a un palacio de dulce y mazapán, en un país lleno de bosques con árboles de Navidad.
El cuento infantil y el ballet que es tradición
En 1844, Alexandre Dumas, padre, escribió “El Cascanueces” (Histoire d’un casse-noisette) una versión infantil del cuento de Hoffmann. Y, a partir de ella, Ivan Vsevolozhsky escribió el libreto del popular ballet “El Cascanueces”, el cuento de hadas-ballet creado por encargo del director de los Teatros Imperiales en 1891. La música fue compuesta por Pyotr Ilyich Chaikovsky entre 1891 y 1892. La pieza se convirtió en una de las composiciones más famosas de Chaikovsky, también es, al día de hoy, uno de los ballets más populares en el mundo y cada año se representa en múltiples ciudades como parte de las actividades que conforman la tradición navideña.
