¡Mamá, encontré un perrito!

¡Mamá, encontré un perrito!

¿Aparece uno de tus hijos con un perro callejero y no sabés qué hacer? Conociendo las bondades de los canes, sobre todo mestizos, probablemente lo incorpores a la familia haciendo felices a niño y can.

Al hallar un perro del cual no se conoce su procedencia, lo primero que asalta la mente de los padres es si el perro está enfermo o transmitirá alguna enfermedad a la familia. Por eso, lo primero es visitar a un veterinario para que lo evalúe, lo vacune y desparasite si fuese necesario. En cuanto a la salud futura del animal no hay que preocuparse: todos aseguran que “los perros mestizos, los sin raza, son la mejor raza”. Parece una paradoja, pero esto se basa en que es la naturaleza quien determinó sus condiciones sin intervención de genetista alguno.

VENCER LOS MIEDOS

“A diferencia de los de criadero, los perros mestizos tienen una carga genética de selección natural que los hace, biológicamente, más adaptados y adaptables al medio en general. Todas las razas muy puras proceden de muy pocos especímenes para poder mantener las características de la raza. En algunos casos proceden de 3 a 5 individuos con un único macho. La variabilidad genética es escasísima pero es que, o haces una selección brutal, o no consigues las diferencias entre un chihuahua y un san bernardo. Eso implica la perpetuación de las características menos favorables”, cuenta David Agudo, responsable de genética del Centro de Análisis Sanitarios de Madrid. Este concepto es apoyado y ampliado por Gaspar Romo, presidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, quien asegura: “En la medida que los perros mestizos tienen una variabilidad genética mucho más amplia, se genera el llamado vigor híbrido, que se refleja en una mayor capacidad de sobrevivencia y otra serie de factores que los benefician sobre todo en términos de salud”. Romo también aclara que, si bien es un mito aquello de que “los mestizos son más inteligentes que los de raza”, sí es real que al verse en la necesidad de sobrevivir en un medio hostil como la calle, y resolver problemas como búsqueda de alimento y refugio, las circunstancias los llevan a desarrollar capacidades en términos cognitivos que no posee el perro de criadero. 

Otro interrogante al interior de la familia es si el nuevo integrante tendrá buen carácter o será agresivo. Al respecto, si es cachorro, su comportamiento será acorde al trato que se le dé. Si en cambio es adulto, enseguida mostrará sus características como para evaluarlo en su relación con humanos u otros animales, y así tomar la decisión de darle un hogar en casa o recurrir a un centro de guarda.

OTRAS VENTAJAS

De la medicina veterinaria comparada surge que estudios realizados en Dinamarca, Suecia, Inglaterra y Alemania, coinciden en que los perros sin raza requieren menos tratamientos veterinarios ya que desarrollan pocas enfermedades y suelen ser más longevos que los de raza pura, salvo excepciones como caniches o galgos. Estudios realizados en Estados Unidos sobre 23.500 perros de varios centros veterinarios concluyeron que mientras los perros de raza morían, en promedio, entre los 6 y 7 años, los mestizos lo hacían a los 8,5 años. Otros estudios dan el promedio de vida de los perros sin raza entre los 11 y 12 años si reciben los cuidados básicos para su salud.  Asimismo, muestreos similares determinaron que las perras sin raza eran mejores madres, que cuidaban mejor a su prole y lograban sacar más cachorros adelante que las de raza. En suma, requieren menos atención veterinaria, viven más y, sobre todo, son sumamente agradecidos y leales. En él o ella, sin dudas, tendrán un/a amigo/a incondicional.