La gran fiesta
Después de dos largos años, volvió a la edición presencial del evento más trascendente para el mundo editorial, y acaso cultural, de Latinoamérica. Estrenos, charlas, personajes destacados y la concurrencia de siempre
El inmenso predio de La Rural, en Palermo, volvió a vestirse de fiesta con el fulgor multitudinario que enciende siempre este querido evento. En sólo una semana, 46°Feria Internacional del Libro de Buenos Aires superó las expectativas y la cantidad de ventas de 2019. Largas colas para firmar libros, muchos jóvenes en los pabellones, familias enteras recorriendo los stands y comprando libros. Pero también mucho interés por escuchar a autores como Darío Sztajnszrajber, Eduardo Sacheri, Gabriel Rolón, Cynthia Wila, Inés Estévez, Thelma Fardin, Florencia Bonelli, la francesa Caroline Fourest, Tiffany Calligaris, la catalana Irene Solá y la chilena Paulina Flores, entre otros. “Creemos que puede llegar a ser la Feria con más participación”, cuenta el director general de la Fundación El Libro, Ezequiel Martínez.
Gigante y diversa
La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires tiene una superficie de más de 45.000 metros cuadrados y es la más concurrida en el mundo de habla hispana. Durante sus casi tres semanas de duración la visitan más de un millón de lectores y más de doce mil profesionales del libro. Este año inauguró, para público general, el jueves 28 de abril hasta el lunes 16 de mayo, durante toda la tarde y hasta las 22.
Los tres días previos a su apertura está dedicada a la industria editorial y a la capacitación de los profesionales. Editores, libreros, distribuidores, agentes literarios, gráficos, traductores, ilustradores y bibliotecarios se dan cita para realizar intercambios comerciales, concretar negocios y participar de seminarios de actualización. Esta auténtica ciudad de libros es escenario no sólo de venta si no de una programación que incluye unas mil quinientas propuestas culturales: conferencias, presentaciones de libros, cursos, charlas, firmas de ejemplares, un festival de poesía, un encuentro de narradores y una jornada de microficción, entre muchas otras. Este año, se destacó el ciclo Trama Federal, donde escritoras y escritores de distintos puntos de Argentina se reúnen para conversar sobre escritura, circulación y tensiones en la escena de la literatura argentina. Por otro lado, el homenaje a Manuel Puig, a través de una intervención performática a cargo de la artista Flavia Da Rin, recorrió los personajes de la vida y ficción del emblemático autor, actividades con destacados artistas y escritores, y una suelta de libros de Puig en la estación de subtes de Plaza Italia.
Internacional
La ciudad invitada de honor para esta edición es La Habana, con el objetivo de proporcionar un contenido cultural especial, rico y distintivo y ayudar al inicio o el fortalecimiento de relaciones comerciales entre ambas industrias. En este marco, se realiza un ciclo de cine cubano en la librería Libros del Pasaje (Thames 1762), y un homenaje al poeta cubano Nicolás Guillén, a casi 120 años de su nacimiento.“Guillén era cubano y universal al mismo tiempo” explica García Ronda, cubana y especialista en la obra de Guillén, y destaca la relación afectiva que tuvo el poeta cubano con Argentina. “Dos de sus mejores libros se publicaron acá, país que lo recibió una vez que estaba exiliado”. Y añade: “Queremos reconocer su obra porque es el poeta más representativo de nuestra cultura. Él llega a lo verdaderamente cubano con sus dos raíces fundamentales: la europea y la africana. Y lo hace a partir del dominio que tenía Guillén del decir poético. Eso es una cosa realmente extraordinaria”.
Independiente y crítica
En el ámbito de las editoriales independientes se destacó el stand colectivo“Un cuarto impropio” integrado por DocumentA/Escénicas, Gog y Magog, Hekht, La mariposa y la iguana, Maravilla, Monada, Nebiplateada y Paisanita, todas editoriales a cargo de editoras mujeres, trans, lesbianas, y no binarios, interesados en visibilizar la relación entre las prácticas y contenidos editoriales.“Leer, escribir y editar son artes. Y como todas las artes, tienen un vínculo complejo con el mercado y la propiedad privada. No hay pureza”, enuncian en el “Manifiesto impropio”, en un planteo alineado con el discurso contundente que realizara el escritor Guillermo Saccomanno en la inauguración de la Feria: denuncia a oligopolio de la industria papelera local, la relación desigual de los autores con los editores y la decisión de los organizadores de la Feria de realizar el evento en el predio de La Rural. Ezequiel Martínez resume un pequeño balance de la repercusión que tuvo el discurso de apertura de esta edición, y tal vez de la feria en general: “Saccomanno abrió un debate y está bueno que la Feria del Libro sirva para abrir debates, contraponer opiniones y cruzar miradas”.