Música en casa, con calidad profesional

Música en casa, con calidad profesional

22 diciembre, 2021 0 By Jorge Tenesini

Las computadoras, programas y avances tecnológicos digitales permitieron crear nuestra propia música a niveles óptimos. Elementos claves para montar un Home Studio y viajar sin parada hacia redes sociales y otras plataformas.

Haciendo un poco de historia, remontando mi experiencia en el mundo de la música, allá por los 70’ y los 80’ dependías casi exclusivamente de un estudio de grabación profesional para lucir tu música o grabar un disco. En aquellos estudios todos los componentes eran maquinas analógicas, consolas de sonido, grabadoras de cintas, racks de efectos mecánicos, micrófonos y conexiones y cableados que con la ayuda de un ingeniero de sonido se ponían a disposición. La verdad, se veían muy impresionantes, y acceder a ellos implicaba un gasto grande si querías que suene bien, por lo que solían ser algo inalcanzables monetariamente. Y más que la grabación, la cosa pasaba por la edición. Cuando cometías un error había que cortar la cinta exactamente donde se quería editar, y se pegaba la nueva de manera mecánica, lo que llevaba mucho tiempo y esmero por parte del operador. 

Paso a paso

Los tiempos cambiaron y la tecnología digital acercó posibilidades. Tener un Home Studio y realizar magnificas grabaciones para subirlas a plataformas digitales es algo práctico y muy posible. De hecho, es lo que hoy más funciona, ya que hasta los discos y todo elemento físico de comercialización musical está desapareciendo del mercado, por las famosas “bajadas digitales”. Para montar el estudio hogareño, pero de alta calidad, hay que tener en cuenta; 

– El ordenador: es esencial, ya sea una computadora de escritorio o laptop, es la base del estudio virtual en donde va a suceder el proceso de creación, y donde se grabarán los sonidos. A él se conectará la interfaz y se cargará el software de grabación. Hay distintos tipos de computadoras en el mercado. A la hora de elegirla hay que tener en cuenta la capacidad del procesador, memoria RAM y un disco rígido con mucha capacidad, ya que estos elementos son de suma importancia para la calidad de la producción, velocidad y almacenamiento.

– Software de producción o DAW: Adquirir un software de producción musical o DAW (Digital Audio Workstation) implica saber elegir. Hay muchos disponible, y conocerlos en los periodos de prueba es más cómodo para luego adquirir una suscripción definitiva. Los más conocidos son Pro Tools, Reason, Cubase, Ableton y Logic, pero hay muchos más. Estos softwares cuentan con una gran variedad de instrumentos virtuales y plugins de efectos de sonido y procesado.

– Interfaz de audio o tarjeta de sonido: No lo parece peor es un componente clave, y permitirá transformar un sonido analógico de tu micrófono en digital, la captura de voces, percusión, guitarras acústicas y demás, se transformaran en sonidos digitales para que el ordenador pueda procesar y almacenar mediante el software de producción. Además, a través de esta interface podrás conectar los monitores de escucha. Estas interfaces se pueden conseguir de distinta cantidad de canales según necesidades de grabación. Si quieres grabar toda una batería acústica, por ejemplo, necesitarás por lo menos ocho canales donde colocar un micrófono por cada cuerpo de la batería.

– Monitores o altavoces de estudio: Los monitores permiten escuchar las grabaciones producidas, cómo suenan, y equilibrar los sonidos adecuadamente. Para esto es importante monitores que reproduzcan los sonidos en forma plana para que no enmascare o distorsione, esto permitirá que cuando se reproduzca en distintos aparatos suene correctamente. El monitor reproduce los sonidos de manera transparente, sin alteraciones, los monitores de estudio son muy diferentes a los monitores domésticos, ya que estos suelen alterar los sonidos graves y agudos para obtener un sonido más agradable. Para un estudio hogareño son recomendables altavoces activos de campo cercano. Los auriculares ayudarán a tener una referencia más precisa de la mezcla de instrumentos, y aislarse de todo sonido externo al momento de la producción musical.

– Teclado o controlador MIDI: El MIDI (Musical Instrument Digital Interfaz) es el protocolo estándar de comunicación informática que permite que varios instrumentos musicales electrónicos se puedan conectar entre sí y a los ordenadores. La mayoría de los controladores vienen en forma de piano y los hay de diferentes tamaños. Con ellos se disparan los sonidos virtuales que se encuentran en las bibliotecas digitales del software de producción, con formatos de push o pads de percusión para realizar y armar ritmos con baterías digitales.

– Micrófonos: Un buen micrófono es esencial para el montaje, ya que son los encargados de las grabaciones de voces e instrumentos acústicos como guitarras, batería y percusión, y cualquier instrumento acústico que se quiera agregar a la grabación. Los dinámicos son los menos sensibles y se utilizan para los instrumentos percusivos como batería, platillos bajos y guitarra, por su presión sonora. Los micrófonos de condensador son más sensibles y se utilizan para las grabaciones finas como las voces, o donde se requiera mucha calidad y fidelidad. Estos micrófonos necesitan corriente adicional proporcionada por la placa de sonido (Phantom power).

– Cableado y conexiones: Un cable que provoca ruidos o tiene mala aislación puede arruinar el resultado final, ya que en la calidad de los conductores y conectores esta el cierre de la producción. Algunos conectores y cables son más profesionales que otros.

Armado y sugerencias

– Elegí el lugar de trabajo que no tenga mucha profundidad.

– Utiliza elementos para aislarlo acústicamente y evitar revotes o reverberación. Hay muy buenos paneles, pero otra solución barata y conocida para aislar acústicamente la sala son los maples de huevo, por su capacidad de absorción sonora. 

– Mantené una distancia de al menos un metro con respecto a los monitores y también entre estos y tu puesto de trabajo. También deben estar a no menos de 30 cm de la pared o cualquier esquina sin paneles acústicos. – Ponele entusiamo, amor, y déjate llevar por la música.