Ecuanimidad, la clave
Es la cualidad que todo lo ilumina. En tiempos de tempestad psíquica, estas cinco sílabas pueden salvarnos y permitirnos vivir más felices y equilibrados.
Podemos definir la ecuanimidad como una actitud de equilibrio, estabilidad e imparcialidad. La capacidad para tomar distancia de los juicios que hacemos sobre algo o alguien, no juzgar, no oponerse a los sesgos que tenemos respecto a eso. Así, ser ecuánime es convertirse en espectador objetivo de lo que sucede. ¿Cómo sería vivir tan liviano?
Lejos de los extremos
Este es un año electoral, parece que todo es Boca o River, blanco o negro, y quien no tiene la misma camiseta de nuestro equipo, no sirve. Así tal vez nunca escuchemos las ideas de esa persona. ¿Cómo podemos mantener la constancia de ánimo respecto de lo diferente que siempre nos gusta? Este mundo de binomios nos impide matizar y nos coloca en la vereda de enfrente en un santiamén. Desarrollar la ecuanimidad nos mantiene imparciales para escuchar y acortar la brecha que parece imposible.
Las personas que tienen una disposición positiva, logran sobrellevar las dificultades manteniendo la calma y permaneciendo en paz. La ecuanimidad es un gran aliado en este sentido.
Te invito a que puedas mirar al otro como una posibilidad, quizá con una idea mejor que la tuya, y para esto tenés que ser humilde y valiente: escuchar sin juzgar. Los budistas hablan de la ecuanimidad como una de las cuatro cualidades sublimes, junto con la bondad, la compasión y la alegría. La ecuanimidad, apaga el ego, nos transforma en testigos de la realidad y nos aleja de los fanatismos, abriendo camino a la libertad y la sabiduría.
Aceptar al otro tal como es, genera serenidad. Esto no significa ser neutral ni distante, sino mantener el ánimo constante para poder sobrevivir al mundo inestable. Fluir con los acontecimientos internos y externos de la vida sin oponernos ni juzgarlos. Una persona cálida, atenta y que escucha cuando le hablan, te agiganta, te hace radiante, te ilumina, resguarda y protege de emociones extremas.
¿Te imaginás tu vida centrada para encarar la inestabilidad y el dolor, y convertir al que creo lejano y diferente en un ser humano posible para mi mundo? Cuando logramos quitar los sesgos, todo es más sensato, y nos aleja del abismo para transformarnos en personas amorosas y con uniformidad mental.
Te aseguro que vas a experimentar emociones como la satisfacción y la gratitud y vas a ver muchas oportunidades que jamás habías visto, la clave es tu actitud ante la vida. ¿Te animás a probarlo?