Juntos… ¿pero no tanto?

Juntos… ¿pero no tanto?

17 julio, 2023 0 By Beatriz Goldberg

Últimamente crecen los casos donde las parejas parecen ponderar la distancia y la libertad individual como búsqueda de romanticismo y esa llama inicial tan reconfortante. Al otro lado, las parejas más tradicionales declaran un “juntos aquí y allá, o nada”. Dilemas de la convivencia para sostener el amor.

La cosa es sencilla: muchas parejas consolidadas sienten que la convivencia mata al amor, y por ello, toman cartas en el asunto. Lo que muchas veces no suele resultar tan sencillo es el tránsito hacia esa filosofía.

Sin cama adentro

Pareciera que en los últimos tiempos se ha incrementado el fenómeno de muchas parejas que deciden no convivir porque buscan el placer de volver a elegirse. Es decir que no están juntos en la casa, sino que eligen cuándo ver al otro o cuándo dormir juntos, por ejemplo. Lo sienten como algo más cómodo y libre, e incluso más romántico. Cómo en toda relación, y no sólo de pareja, lo importante es que la decisión sea equitativa, acordada, conveniente a ambos lados. Si no se toma en conjunto, estas cosas traen problemas a la corta o a la larga, ya que todos los acuerdos y los contratos entre dos deben ser bilaterales. Hay que evitar, entonces, que uno solo desee no convivir y que el otro diga que sí solo para no perder la relación. Hay casos en los que dos personas con muchos años de convivencia deciden tener piezas o camas separadas porque tienen distintos horarios o porque sienten que quieren tener su propio espacio. Incluso, si los dos tienen hijos de parejas distintas y están separados, puede que no quieran perder la individualidad con sus hijos y busquen tener con su pareja solo el fin de semana libre, un viaje o una salida. Es decir, verse en momentos puntuales y no convivir. De esta forma ambas partes tienen la sensación de que están lejos pero que, y aun así, pueden verse en cualquier momento. De hecho, hay quienes son vecinos del mismo edificio, y eso aporta para bien, porque ir lejos a ver al otro sin poder improvisar un plan puede ser contraproducente para la pasión. Pero ojo: esta decisión también puede ser por motivos económicos o como proceso intermedio hasta la separación, en algunos casos.

Naranja completa, o nada

Al otro lado de esta filosofía están otras parejas e incluso muchos noviazgos que, por ejemplo, sostienen la decisión explícita de convivir y levantarse a la mañana con el otro. No importa si con los años eso aplaca el romanticismo. Es que hay gente que si no duerme con su pareja no siente pasión y la noción de convivencia reafirma los valores aprehendidos y la idea de estabilidad, de amor consolidado.

En ambos casos, lo importante es el respeto al otro/a y la claridad en el contrato de cada pareja, que como bien se sabe -aunque muchas veces se pase por alto- es completamente única.

*Licenciada en psicología (MN 6235) y autora de varios libros. 

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