Infidelidad en los tiempos modernos

Infidelidad en los tiempos modernos

28 mayo, 2020 0 By Pablo Donadio

Asegura uno de los dichos populares más extendidos en el planeta que nadie muere mocho. Pero… ¿se engaña más ahora que antes? ¿Es una cuestión asociada al machismo o hay allí una igualdad de género como en ninguna otra cosa? ¿Ocurre ante la falta de amor o existen otras motivaciones? ¿Cuándo comienza una infidelidad y cuándo es verdaderamente engaño? Las redes sociales como facilitadores o nuevas formas de esta problemática. 

Y sí, si lo que más confieso son engaños femeninos”, me dice un cura amigo mientras ojea una revista dominical que asegura que “las mujeres de hoy engañan más que hace algunas décadas”. Declarativas de este tipo siempre hubo, aunque pareciera que hoy las redes sociales han… ¿facilitado, cambiado, simplificado? todo, y sus algoritmos nos entregan perfiles y cifras sorprendentes. Más allá de la decena de aplicaciones y páginas para concretar citas casuales (Tinder, Love.net, Be2, Contactos Casuales, New Honey, Eroyilink, C-Date), hay sitios especializados en engaños. Hace no mucho tiempo se promocionó en el país la red social para infieles más importante del mundo (ashleymadison.com), que tras más una década de trayectoria sigue firme como espacio para buscar, encontrar y mantener específicamente relaciones paralelas, con la opción de concretar citas y conocer amores prohibidos. Todo un reto a la moralidad cristiano-occidental, o un avance si como bien dice su eslogan se cree que “Life is short. Have an affair”.

¿Al límite?

El fantaseo con otra persona, muchas veces ideal y por fuera de los cortocircuitos cotidianos con la pareja que nos acompaña tanto en alegrías como tristezas, ¿es en sí una infidelidad? ¿O presumir que un tercero sobrevuela actúa para algunos como una suerte de “afrodisíaco”? Para Patricio Gómez Di Leva, psicólogo y sexólogo, “la palabra infidelidad tiene el poder de generar tensión con sólo nombrarla, pero no para todos quiere decir lo mismo y hasta se habla de diferentes tipos de infidelidad, sea sexual o emocional”. Desde luego ya nadie se atreve asegurar que el hombre es más infiel que la mujer, e incluso el gran mito sobre las infieles por falta de atención de sus hombres, es muy discutible, pues el “motivo” de la trampa no siempre es una crisis de pareja, sino también otras insatisfacciones y búsquedas muy subjetivas. Pero… ¿sólo engaña quien concreta con el cuerpo, o hay ya en el deseo un poco de infidelidad? Muchas preguntas sin respuesta, y suspicacias como para hacer dulce, sobre todo en era digital, donde todo navega entre el entretenimiento y el voyerismo. Bien lo supo ver Noel Biderman, antiguo representante deportivo para una de las empresas más importantes en Estados Unidos y Europa, con más de 45 deportistas internacionales, que luego se transformó en CEO de Ashley Madison, la red que más rápido creció primero junto a Facebook y luego junto a Instagram. “En ese momento descubrió que gran parte de su trabajo constaba en cubrir a sus jugadores, quienes cometían muchas infidelidades.”, cuentan en un artículo del diario Clarín. Ahora, los responsables de esa web van más allá del engaño, y aseguran que puede ser una opción que salve parejas. “Si alguien tiene un matrimonio confortable, ama a la persona con la que está, piensa que es un buen compañero para toda la vida, está a gusto con la crianza de los hijos, pero tiene problemas en la habitación… ¡no debería divorciarse! La solución es buscar a alguien fuera del hogar para poder satisfacer el aspecto que le está faltando”, afirman. Hace no mucho, la CNN publicó una encuesta en la que les preguntaba a los lectores cuándo comenzaba la infidelidad. ¿Inicia al fantasear, coquetear, comunicarse en Internet, abrazarse, besarse o al tener relaciones sexuales?, preguntó. Obtuvieron más de 2000 respuestas, y la conclusión de que uno puede engañar sin siquiera tener contacto físico. En el diario La Nación, la psicóloga Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en relaciones humanas, asegura que el engaño “empieza cuando una tercera persona se convierte en objeto de deseo sexual o amoroso de uno de los miembros de la pareja. La existencia de la pareja supone un contrato implícito de amor, fidelidad y exclusividad, tanto afectiva como sexual. La aparición de un tercero, aunque sólo sea la idea de ese tercero, ya pone en jaque ese contrato”. En el mismo artículo el abogado Leandro González Frea, especialista en tecnologías de la información, concluye que los mensajes por las redes y el móvil se han convertido en el lenguaje por excelencia de la infidelidad. “Es cierto que hoy tenemos muchas tentaciones con las redes sociales, y de forma casual tenemos acceso a varias personas, lo que da lugar a las charlas, las opiniones y también los coqueteos. Muchos consideran a la infidelidad virtual casi como la carnal, por esto de estar pendiente y pensando efusivamente en otro/a, pero cada pareja tiene su contrato acerca de lo permitido”, opina la psicóloga Beatriz Goldberg. 

¿Más tramposas que antes?

Hasta hace unos 30 años la brecha entre hombres y mujeres infieles dejaba una amplia diferencia a favor de nosotros, pero un estudio publicado por Journal of Sexual Behaviour (edición oficial de la Academy of Sexual Behavior) asegura que esa diferencia ya no existe. En la última década el comportamiento sexual de las mujeres ha cambiado: simplemente ahora engañan más. Según el estudio hay dos factores centrales para este cambio. El primero y más evidente es el reposicionamiento social de la mujer en ámbitos de poder de la sociedad (empresas multinacionales, cargos políticos, medios de comunicación, esferas de lo intelectual y científico, etc.). El otro, Internet y la facilidad de acceso a la información, y con ella, al sexo. Hace ya algunos años, la Universidad de Talca en Santiago de Chile (una sociedad en muchos aspectos más conservadora que la nuestra) reveló en una encuesta que el 50,4% había engañado a su pareja al menos una vez, y que el 53% creía que “se puede ser infiel sin tener remordimientos”. Para Gisela Runte, autora de “Por qué somos infieles las mujeres” (editorial Gedisa, 2003), hay varias razones detrás del engaño femenino: crisis de pareja, curiosidad por cosas nuevas, falta de atención, insatisfacción sexual, venganza para provocar la ruptura, búsqueda de mayor pasión, en fin… La diferencia reside, según ella, en que ahora la mujer cuenta con el valor suficiente para reconocerlo abiertamente porque su estatus social ha cambiado. 

Si la vas a hacer… Para Gómez Di Leva, la infidelidad plantea algunas preguntas existenciales. “Por lo general, duele más la infidelidad emocional que meramente física, pero ninguna de las dos le hace gracia a nadie. Una de las primeras cosas que se pregunta la persona engañada es: ¿Qué tiene él/ella que no tenga yo? Acá se entra en un terreno difícil, porque el otro puede tener muchas cosas que uno no tiene. Pero la infidelidad no pasa por buscar en otro lo que la propia pareja no brinda, porque de hecho ninguna pareja lo brinda todo. En la mayoría de los casos, tiene que ver con una crisis personal que no se relaciona tanto con la pareja y sí con la necesidad de vivir nuevas experiencias”, explica, y agrega: “Actualmente surge otro tipo de infidelidad, la virtual. Las redes sociales, las páginas para encontrar pareja y los diferentes tipos de chat, son una herramienta muy útil para quien busque aventuras, pero también un talón de Aquiles para los infieles. Lo primero que hay que pensar es si un chat o unos mensajes subidos de tono son infidelidad. Probablemente muchos concluyan que no, que es sólo un juego, casi como mirar una película XXX. Pero detrás de esejuego, ¿no hay una intención real de un encuentro? Acá se abre un nuevo conflicto.Un estudio realizado por el Departamento de Educación Sexual de PRIME Argentina, sobre una base de 598 mujeres, muestra que el 64% no perdonaría una infidelidad, el 67% considera que hay una de tipo sexual y otra emocional, y el 46% que el coqueteo por las redes sociales es ya un engaño. “Igualmente, para que una pareja funcione es fundamental que exista la comunicación, capaz de resolver la mayoría de los conflictos, y eso implica acuerdo y límites claros. Uno de ellos, en general, no se explicita pero es de vital importancia: si vas a ser infiel, no te olvides de cuidarte”, concluye Gómez Di Leva.